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lunes, 14 de abril de 2014

"Insulario", de Alonso Quesada / Panorama espiritual de un insulario - HELIOS Y SU VIAJANTE


Alejandro Canetti (Foto aportada por su biznieta Yanitza Canetti)



 Este espectacular judío de Rubens, que se llama Alejandro Canetti, ha dado un salto desde el sombroso lugar que es la biblioteca del Ateneo de Madrid (no fumadores) a este país desnudo, abierto, áspero... Una sandalia griega bajo un pantalón inglés ha cruzado la ciudad por el lado del sol. Alejandro Canetti, comisionista de Helios, va prendido de un rayo que se enmaraña en su melena con una agresividad o complicidad de tanto por ciento. Alejandro Canetti viene a ofrecer el sol; lo trae al modo de un paño de Sabadell que compite con el de Manchester, pero lo trae a la vista, como en la mano, al modo de una flor aromosa, a la manera de una gentil copa de salud encantada. Canetti es el verdadero viajante del sol.
 Su cabeza está compuesta para un halo de sol; la barba se le afirma sobre las mejillas duras, hondas, donde la raíz capilar debe refocilarse como la de un árbol hercúleo; raíz llena de sol, pelos dorados como muestras de rayos de sol, así como esas botellitas chicas de coñac, que anuncian las botellas grandes; todo Canetti está envuelto en cierto prestigio rubio, y él mismo viene a ser como un almanaque anunciador del sol, una muestra de esa enorme y esplendida fabrica donde el sol se construye...
 Pero la primavera atlántica suele guardarse su sol; y ahora hay en el cielo, constantemente, nubes algodonadas, como de algodón acariciado de hollín. Canetti, sin embargo, ha sabido sentir esta pequeña burla celeste y se ha escondido, sonriente también, como otro sol, bajo su melena. En tanto, anuncia el maravilloso producto con un entusiasmo de hombre que está a la puerta y señala con la mano el telón vaporoso. El sol se para a oírlo y ya se le nota, que le da su comisión de diez por ciento en su salud recia y alegre.
 Seguirá su viaje a América, es comisionista del sol hispanoamericano. De Madrid traía un sol, que dejó por mínimo en la fonda; y ahora se recoge el sol indígena para llevarlo al Nuevo Mundo como el mejor sol habido. Y con una graciosa ironía florentina nos ofrece un tomate ebrio de rojo, diciendo: "Es una tableta de sol”. Y una copa de agua de naranjas: "Es una solución de sol".
 Canetti y su sol nos llena de recuerdos brillantes, de momentos luminosos. A ratos, una epilepsia pintoresca y literaria surge en nuestra memoria... "Espectros"... Ibsen. ¡Ah! Oswaldo dice en la escena terrible: «Mamá, dame el sol...” Y vemos aparecer de pronto, por la puerta del foro, a Canetti con una ciruela dorada y húmeda en la mano.
 Otras veces vemos las ciudades insulares secas, sedientas, desesperadas de rocío. Y el sol, cortando peñascos, hirviendo en la lava dormida. Y surge Canetti como un profeta ardoroso, saludando al peñasco saludable...
 ¡Sol! Fuente de poesía y de vida. Cierto. Las azoteas de las casas, a pesar de las nubes, están llenas de comensales de sol. Chicos desnudos, mozas descubiertas. Y el sol, como quien aprueba un presupuesto total sin mirarlo, cerrando de golpe todas las grietas íntimas. Llegará un instante en que este grato amigo del sol se volverá a sus dominios después de imponer la longevidad en la tierra.
 Pero en los paréntesis del sol, en las sombras de su propaganda de sol, nos habla de ese misterio teosófico, que es como otro sol sin rayos, más bien rincón sombrío y deleitoso, donde los refractarios del sol nos podemos ir nutriendo con lentitud de siglos. Si el sol no dilata el caparazón actual vendrá esa infinita convalecencia a la sombra que nos hará verdaderamente eternos...
 Canetti lleva, pues, el sol y el contrasol en su viaje romántico. La cabeza, cubierta con su melena, y el pie desnudo. Sol y sombra. Casi la fiesta nacional embebida de metafísica. El cráneo, cobijado por el bosque de sus cabellos, en donde el pensamiento corre como agua clarísima. Todo el vegetarismo sutil, la helioterapia psíquica. Un maravilloso arte ultravioleta...
 Y en el lugar de su corbata humana, como el hombre que sacrifica su cabeza, heroico por un ideal, un cordón dorado y brillante, que le cercena la nuca como un legítimo rayo de sol Houbigant.

[23-V-1922]


Fotografías tomadas por Venancio Gombau Santos.


 Nota: A la hora de buscar los enlaces necesarios para esta entrada, me encontré con que no existía ninguno del protagonista de esta entrada. ¡Me encontraba ante un reto angustioso! ¡Podía fracasar en hallar un dato fundamental, justo cuando esta sección estaba llegando a su cierre!
 Frustrado, afronté el reto. Y para mi fortuna, un par de fotos antiguas emergieron del siglo pasado en mi rescate. ¡Eso sí, no resolvían el misterio! Me encontré con que existen más datos del fotógrafo que del fotografiado. Me encontré también con que todo apuntaba a algún de relación con uno de nuestros españoles más ilustres: Don Miguel de Unamuno (el cual estuvo también en nuestro archipiélago, si bien sobre todo como preso)... Pero cada senda que se abría conducía a un erial. Hasta que siguiendo la pista de una foto me encontré con la web de una escritora cubana, afincada en Estados Unidos : Yanitzia Cannetti.



Yanitzia Cannetti


 Aunque casi parecía indiscutible la relación entre ambos, sobre todo con leer un poco la bohemia trayectoria de esta familia a través del tiempo, las naciones y las diversas manifestaciones culturales, tenía que asegurarme. También existía un joven cantante con ese apellido y, por otra parte, la rareza del apellido no era garantía de haber acertado con el objetivo de mi búsqueda. Decidí escribir a la citada escritora en busca de ayuda.
 Una vez enviada mi consulta, me dispuse a esperar. Es una vieja costumbre. Y por lo general una costumbre infructuosa, que me obliga a intentar otras cosas. Nadie suele responder. No obstante, entre esperanzado y desosegado, esa noche revisé mi correo antes de acostarme. ¡Alucinado, vi que tenía una respuesta que, entre otras cosas, contenían estas palabras!:



       Hola, Ildefonso,

    Por los datos que me das, sí, se trata de mi bisabuelo. No solo frecuentaba, sino que impartió conferencias en el Ateneo de Madrid por la fecha que mencionas. De origen suizo (Ticino, en el cantón italiano), viajó a España (a Salamanca) y se quedó en España por la gran amistad que entabló con Miguel de Unamuno (viajaron juntos por el mundo) y porque años más tarde se enamoró de una española. Viajó por toda la península, como científico, humanista, catedrático… y un hombre fuera de época. Me cuentan que estableció comunas estilo hippie cuando ese movimiento no existía en ninguna parte del mundo;  también consta que fue el primer naturista de España, promoviendo una cultura sana en un mundo que lo tildaba de loco. Luego viajó a Cuba y no le fue mucho mejor en relación a su mente tan adelantada. La sociedad habanera de la época era mucho más cerrada a los cambios que él proponía en la alimentación y en el estilo de vida. 

     Tengo muchos datos y artículos publicados en España, Cuba y Estados Unidos sobre mi bisabuelo. No sabía, sin embargo, que había estado en Canarias y me alegra saberlo. Por favor, mándame todos los datos que hayas encontrado. Yo aquí te paso fotos de mi bisabuelo y te adjunto una nota pintoresca sobre "este raro personaje" del que me siento tan orgullosa. 

       Un abrazo,
       Yani




  Las fotos a las que se refieren figuran más arriba. En cuanto a la "nota pintoresca", publicada en el extinto diario "El Adelantado", es la siguiente:


    
  ¡Pueden imaginar mi sorpresa! Si me apuran, la respuesta fue casi inmediata. Agradecido, respondí a mi amable "salvadora" facilitándole el texto de Alonso Quesada que hoy no protagoniza, sino que "coprotagoniza" esta entrada. Y a raíz de ello, bisabuelo, biznieta y un servidor se unen a través de una crónica de la isla. ¡Quién sabe si dentro de otros 92 años otro lunático seguirá con esta extraña "cadena cronoviajera"!

 ¡Gracias, Yanitzia!


 Sobre Yanitzia Cannetti



 Yanitzia Cannetti nació en Cuba en 1967, y es un torbellino de conocimientos: fotógrafa, traductora, escritora, políglota, editora y... ¡Y muchas otras cosas más, que hacen que uno crea firmemente que hay genes encantados en su familia! ¡Y encima es guapa y amable! Intentaré volver a hablar sobre ella en cuanto tenga más tiempo y conocimientos. De momento, unos enlaces de esta fascinante mujer que se dedica con especial cariño a la literatura infantil, tanto como escritora como en su faceta de traductora. "El Grinch" habla español gracias a ella.






2 comentarios:

Yanitzia Canetti dijo...

Eres muy amable, Ilde. Muchas gracias por tan dulces palabras acerca de mi persona y por revivir un fragmento de la obra de mi bisabuelo. Tengo un gran amigo, Javier de Castromori, que también busca en los archivos del legado humano todo cuanto pueda resultar de utilidad e inspiración para esta generación. No dudo que un día coincidan en sus entusiastas pesquisas. Tenme al tanto de las novedades en tu blog. Por ahora, mi sincera amistad y un gran abrazo desde Massachusetts.

Preste Juan dijo...

Yanitzia:

Soy yo quien agradece tu ayuda y tu emotiva generosidad. En cuanto a tu amigo, espero saber de él algún día.
Un gran abrazo.