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miércoles, 30 de septiembre de 2009

Las fotografías de Ángel David Delgado San Ginés


Ante el abismo de la luz

 Hace tiempo vengo anunciando la redacción de una pequeña entrada sobre las fotografías de Ángel David Delgado San Ginés.
 Es un tipo curioso: Parece un despistado insalvable, pero es un observador avispado. No es muy alto(ni muy bajo), pero posee una peculiar fuerza en la mirada y una mandíbula (con la que además se expresaba de forma inconsciente con pequeños pero reveladores movimientos), que a veces le otorgan una capacidad hipnótica. Y "crece"...
 Siendo un eterno descontento en mis recuerdos, esa característica siempre le hizo ser un rebelde con causa, decidido, enérgico y energético... Porque es como una batería que te inspira y alimenta el ego. Por supuesto, un hombre así no es perfecto. Todo partida tiene su contrapartida. Lo cual es de agradecer, pues de lo contrario sería insoportable.
 Hace ya un par de años que no le veo. Pero con la llegada de Internet(aunque no sustituya a la realidad), uno puede estar más al día de los movimientos e intereses de conocidos y desconocidos. Así, las obligaciones diarias u otros impedimentos, pueden ser compensados mediante los beneficios de la red de redes, la "Biblioteca de Alejandría" de nuestra época. Una que, aún siendo vulnerable a la censura y los ataques, tiene más posibilidades de sobrevivir que cualquier otra de la historia. Y mientras exista, la información que se acoge en ella podrá ser admirada, copiada y puesta a salvo en lugares del planeta antes impensables, por hombres y mujeres con quienes compartir intereses comunes. O encontrar a personas de nuestro entorno que no hubiéramos podido conocer sin este medio, este "mundo paralelo".
 Pero hablaba de David. A veces, demasiadas, me desvío del tema...
 La primera vez que vi una foto suya fue hace una veintena de años. Tal vez algunos más...
 Estábamos en su casa, y se oía música de jazz. El había vuelto de un viaje por la península ibérica, y tras hablar un rato de cine, libros(recuerdo que comentamos uno en el que su amado Truffaut entrevistaba a Hitchcock), guiones y cuentos escritos por nosotros, me enseñó alguna de las imágenes que había sacado.
 Me quedé impresionado de aquello a lo que él no le daba importancia. O a la que le daba menos que a sus otras pasiones creativas.
 Una de las fotos me dejó noqueado. Hace poco se lo comenté por correo. Él apuntó diversas posibilidades sobre su origen, intentando acercarme a la posible realidad histórica. Pero yo tengo un recuerdo propio. Falso, pero que es una realidad para mí, que se vuelve aún más inverosímil con el paso de los años y la mayor alteración de los recuerdos. No en vano, la memoria se reconstruye cada cierto tiempo.
 Había un sendero en una de las fotografías. O mejor dicho, la visión de una de esas extensiones de tierra entre dos puntos habitados, que según la estación imperante puede parecer un yermo, casi un remedo castellano de los páramos retratados por Sir Arthur Conan Doyle en "El sabueso de los Baskerville". Sólo que con la tierra seca. Aunque el aire se intuía igualmente frío, y casi se oía el sonido cruel de un viento imparable. Y en este clima endemoniado sobrevivía un camino de tierra que la naturaleza había permitido trazar a los hombres, sus bestias y sus vehículos, con el paso de los años.
 Creo recordar que la foto se tomó durante el crepúsculo. Aunque pudo ser el amanecer. En ambos momentos, la luz crea, por unos minutos, una especie de puerta entre mundos. Y en ciertos lugares, en ciertas ocasiones, aún cree posible uno poder ver, a través de ella, algo sin nombre. Como si unos ojos de otro plano esperaran, ávidos, a que el caminante se precipite en su reino.
 En mi imaginación, mi amigo, caminante osado, había atravesado por aquel lugar hasta la siguiente foto, al siguiente escenario.
 A mi me pareció un henar, un establo o tal vez una de aquellas casas de antaño, donde hombres y bestias compartían, hermanados, un pobre techo. Aunque no sé con certeza si fue alguna de estas cosas, ahora me pregunto si aún se mantiene en pie, aunque sea con esfuerzo.
 David me contó que pasó horas de espera hasta que la luz se "colocó" como esperaba y obtuvo la imagen que soñaba encontrar. Y eso es lo que me admira de los fotógrafos "con duende". Que ven lo que hay tras lo aparente. Juegan con su mente con las luces y las sombras posibles, con los espectros (casi fantasmales) de colores y se anticipan a visiones impensables para los demás. Como así fue...
"El pajar"(por bautizarlo de alguna manera) se llenó de unos tonos especiales. La luz se filtró entre los maderos, entró a hurtadillas por las oquedades y jugó a trazar dibujos, en un escenario exclusivo, del cual el hombre de quien hablo hoy pudo "robar" una de las "representaciones" de la jornada. Y con ello, regalarnos una visión íntima(íntima por "soledades", íntima por sobrecogedora como ya dije, íntima por fascinante, íntima por su belleza; una belleza que jugaba a esconderse, que acaso dormitaba...), que se ha mantenido viva en mi mente... Aún juega conmigo cuando la invoco.
 Pero, evidente y afortunadamente, no voy a describir las sensaciones que me producen las fotos que ahora verán. Además de por no castigar más al visitante, para así darle una oportunidad de comentar sus propias impresiones. Y, como siempre, animarles a visitar los enlaces relativos a David que verán al final(incluyo los míos, en un arranque de vanidad desvergonzada). Lamentablemente, no podrán acceder a todas sus fotografías. Pero vale la pena, no lo duden.

Fotos seleccionadas:
Nota: Los enlaces adjuntos a algunos comentarios del autor, pretender proporcionar más información de los personajes, obras o términos que comenta, pero han sido seleccionados por mí, pudiendo no coincidir con las elecciones que el mismo pudiera haber escogido.



Pensamiento bajo nubes pasajeras (To start to fly)

Caminar por ciertos parajes es como adentrarse en la propia mente

Poema Trivial


Casi sin remedio estamos perdidos en nuestras ilusiones.

Son tan profundas que no podemos atisbar su ilusoriedad.
Imaginemos que hubiese una vía externa de iluminación.
En ese caso, la Budeidad brotaría por sí misma.
(Poema Trivial, Ikkyû Sôjun)
Paisaje Interior


Extraño acontecimiento el borde

En el set de "Sueño Fronterizo"


Nubes Rotas


Una visión de mi infancia (V)

Libre interpretación de un sueño en estado de aparente vigilia,
e inspirado en parte por algunas de las poéticas visiones de Alexander Sokurov.


Free interpretation of a dream in a apparent wakefulness,

and inspired partly by some poetic visions of AlexanderSokurov.
Nagasaki-Hiroshima, lluvia negra

Tardío homenaje al maestro Imamura, autor de "Kurio Ame"(Lluvia negra), a un tiempo que hablo de mi.

en el rincón - in the corner



Cómo ser Á.David y no perderme en el intento...


Yo-Es


Título original: "El ángel del alpende" (negativo escaneado)
Premiada como mejor fotografía por el Gobierno de Canarias a través de la Dirección General de Juventud.

Sólo un instante susurrado_3


Ir y venir, aparecer y desaparecer - To go and to come, to appear and to disappear

Dunas de Maspalomas (Gran Canaria)

Un instante de lucidez, sólo uno; y las redes de lo real vulgar se habrán roto para que podamos ver lo que somos: ilusiones de nuestro propio pensamiento. Émile Michel Cioran (Breviario de los vencidos).

El fotógrafo en un rincón de este mundo - The photographer and a corner of this world


Enlaces:



2 comentarios:

Onminayas dijo...

Me quedo con la segunda, Preste, la de la marina... Realmente me ha dejado fascinado, porque es totalmente una pintura. Es increíble que a veces una imagen pueda captar y transmitir mucho más que la propia óptica del ser humano.

Preste Juan dijo...

Onminayas:
Estoy de acuerdo contigo. ¡Y eso que tuve que reducir el tamaño para que mi cupo de imágenes me siga saliendo gratis, de momento! Tiempo habrá para rectificar si todo va bien. Mientras, recomendar la visita al hilo enlazado con el título de la entrada, para una mejor visión. Y los otros, para saber más de David.
Un saludo.