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domingo, 14 de septiembre de 2008

Los censores de la libertad

 Hace un par de noches veía de nuevo "Tierras de penumbra" y, de repente, caí en la cuenta de que C.S. Lewis, uno de los protagonistas era el autor de "Las Crónicas de Narnia", recientemente llevada al cine. Y al poco me vi preguntándome: ¿Qué hubiera pasado con esta película, cómo habría sido tratada por ciertos estamentos de no haberse convertido el autor al catolicismo?


 C.S. Lewis fue amigo de Tolkien, el famoso autor de la trilogía de ""El señor de los anillos", también católico. Ambos escribieron obras dotadas de elementos mágicos, y siguieron la sempiterna fórmula de la lucha entre el bien y el mal. Pasado el tiempo la obra de ambos ha coincidido en las pantallas, con otras dos más: "La brújula dorada" y la saga de "Harry Potter". Pero he aquí que a estas dos últimas les ha llovido palos. A "La Brújula..." desde ciertos grupos católicos de U.S.A., y en el caso del joven aprendiz de hechicero, brujo, o lo que sea, desde múltiples sectores religiosos.

 Se supone que la película de la Kidman denigra al catolicismo y a Cristo mismo, y que el adoslecente jinete de escobas, pese a defender el bien, lo hace eligiendo un bando que, aunque positivista, no es claramente cristiano. Es más, al crucificado ni se le nombra. ¡Y aquí es dónde se me hichan las... ustedes saben qué!



 Pase que los norteamericanos, desde siempre encadenados a ligas de la decencia( los mismos imbéciles que hicieron que Jane no pudiera bañarse desnuda con Tarzán y la obligasen a quitarse su sexy bikini de la selva en la tercera película, para preservar que los niños se corrompan, mientras que no ponen tantos peros a la violencia gratuita y explosiva) sigan siendo, en un gran número, unos puritanos intragables. Pero que a estas alturas, teniendo el problema de los integristas islámicos, esta "salvación-manía" esté comenzando a arraigar, poco a poco en sectores religiosos europeos, da grima. Y no porque no se pueda criticar libremente a dichas películas. A mí, personalmente, ni me van ni me vienen. A mí no me irrita que uno critique o no al catolicismo, al cristianismo, al paganismo, etc. Si no porque estamos en EUROPA, con mayúsculas. A estas alturas, la tolerancia y el juego limpio no son negociables. No podemos volver a caer en el "fascismo" de la verdad religiosa eterna, indiscutible e incapaz de vivir con otros credos, ni el ateísmo beligerante e irrespetuoso. Ver u oír de grupos (de momento España ha resultado ser más tolerante, aún siendo todavía por lo que se ve "la reserva espiritual católica de Europa") que queman los libros de la Rowlings o despotrican a la entrada de los cines, es realmente preocupante. Nos retrotrae a imágenes que creía superadas por el occidente civilizado, y de las que esperaba no volver a oír ni ver en esta época. Y no importa que el número de los fanáticos sea escaso. Importa que, amparados en los derechos que tan han costado, empiecen a enquistarse. Ya lo vimos antes. No tenemos que volver a verlo. Por el bien de todos. Pues no se trata de católicos o ateos sí o no, sino de formas de comportarse que deben primar por encima de creencias particulares, sin coartar la libertad de expresión.
 No obstante, en este caso, mi pensamiento, al finalizar se pregunta lo mismo. ¿Por qué los magos, elfos y demonios son aceptables si el autor de una saga mágica es un creyente confeso y partidista (con todo su derecho a serlo) y no cuándo este es ateo o confeso no partidista?
 Nota: Este comentario ha sido extraído del otro blog al que me refiero en mi presentación, y fue editado originalmente el 17 de febrero de 2008.(Salvo fallo de la memoria)

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay una palabrita que cada vez utilizo más seguido y que creo que en buena parte responde a las preguntas del final del post: HIPOCRESÍA.

En cuanto al temor por la vuelta a fascismos que se creyó haber superado, pues la realidad indica que no es así. Y me permito decir que la circunspección, los modos supuestamente educados, los niveles de cultura o lo que se quiera argüir, no son garantía de nada. La "civilización" es un espejismo, que se disipa apenas creemos llegar a tocarla. Si fuésemos tan civilizados hace años, décadas o hasta siglos que, entre muchísimas otras cosas, no deberían existir más las guerras... y ya vemos, estamos metidos en montones de guerras atroces y con el peligro cada vez más cierto de que "unos locos con carnet", como bien decía el Nano Serrat, nos metan en una guerra que dejaría a la Primera y a la Segunda Guerra Mundial como un simple jueguito de chiquilines...

(Hoy me vine apocalíptica!)

Preste Juan dijo...

Mariel Martinez:

"Aunque destruimos sus ídolos y expulsamos de sus templos, no por ello dejaron de existir sus dioses"

Más o menos estas fueron las palabras del poeta Kavafis, y se usan para referirse a la supervivencia del nazismo.
Yo creo que que seguimos sin tener inteligencia emocional, y por eso recaemos en muchos de nuestros horrores. Falta una cultura del alma.
En cuanto a las guerras y demás, ya expongo mis ideas en una entrada reciente "Los sueños imposibles-¡Estoy harto!". ¡Nuestro egoísmo nos está matando!

Nunca creí ver un post en respuesta a esta entrada.

Gracias.

Anónimo dijo...

Es cierto lo que dijo Kavafis... También lo que vos decís sobre la "cultura del alma".
No leí esa entrada tuya todavía. Trataré de hacerlo ahora.

Y bueno, me alegro haberte dado la sorpresa de comentar este post... Aunque lamento tener la exclusiva.

Yo viví 6 meses en Bruselas en 1989 y en el departamento de abajo al mío, vivía un viejito que había estado en el campo de Duchau y era el presidente de una organización por la memoria. Él temía que al morir los viejos (él murió hace unos años ya) se perdería toda memoria de lo pasado, toda conciencia. Y no se equivocaba, lamentablemente por lo que se ve...
Esto es otro motivo de legítimo orgullo que tenemos actualmente los argentinos (después de tanto tiempo sintiéndonos avergonzados en muchos aspectos). El juzgamiento y la condena de todos los genocidas y torturadores de la última dictadura sigue adelante. El año pasado solamente hubo más de 270 condenas y se siguen recuperando nietos apropiados y descubriendo restos de desaparecidos. Aunque a veces parece que en algunos aspectos volvimos a perder la memoria de lo pasado, en lo verdaderamente importante pareciera que no es así y eso me hace inmensamente feliz. Pueda ser que hayamos aprendido bien la lección. Y lo importantísimo de estos días es que la gran mayoría de la juventud está tomando todas esas banderas, tanto en Derechos Humanos como en participación política...
Siempre se puede retroceder. También lo tengo claro. Pero hoy la realidad parecería indicar que no es posible.

Debemos aprender todos de una buena vez que el pueblo que pierde su memoria y no hace justicia, está perdido.

Un beso y fuerza!

Preste Juan dijo...

Mariel:

Hace tiempo que creo (a te lo he dicho antes) que Argentina puede ser el espejo del futuro y del alma de las nuevas civilizaciones. No se ha escondido de sus horrores. Se ha hecho responsable de sus pecados. Una nación así también puede ser la responsable de un ejemplo glorioso. Hoy, decir "soy argentina"... ¡debe llenarte el pecho con aire de plata! ¡Plata pura y limpia!

Anónimo dijo...

Muchas gracias, mi querido amigo!

No sé si tanto, pero sí me encantaría de que fuéramos ejemplo para saber qué es lo que no hay que hacer, que fuéramos ejemplo para que vean los inmensos errores que cometimos y que nadie más caiga en ellos. Y si nuestra manera de salir o de intentar salir a flote, les sirve de algo a otros pueblos... pues felicísimos todos nosotros!!!

Otro besote!

Preste Juan dijo...

Mariel:

Como te he dicho, espera y verás. ¡Me encanta ponerme en plan vidente!

¡Tú apocalíptica, yo vidente!

Anónimo dijo...

jajajaja

Un buen equipo!

Preste Juan dijo...

Mariel:

¡Ja,ja,ja! ¡Como los cursiles Batman y Robin de los sesenta!

Anónimo dijo...

O mejor como Maxwell Smart y la 99...!!! jajajaja

Preste Juan dijo...

¡Sí, sí, esa es mejor elección!