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miércoles, 17 de febrero de 2010

Vangelisa, nuestra alma perdida.


 Se hacía llamar Vangelisa, y tenía unos blogs que adoraba. Los adorabamos yo y muchos otros. Ahora intento saber de ella, recuperar sus lecturas perdidas, aquellas para las que no tuve tiempo. Pero ya no está. Se fue y no dejó ni un mueble, sino un solar vacío, y un montón de bellos recuerdos.
 Sigue figurando como mi seguidora en el listado. Pero sólo veo esas mariposas azules, y esa pupila azul. Ahora mis sentimientos han perdido el color que me contagiaba. Con su ausencia y sin su bello legado, estoy hoy en blanco y negro. Y creo que lo estaré por mucho tiempo.

6 comentarios:

Leni dijo...

¿Que ha pasado?

¿Se ha ido para siempre?
Dímelo por fa...

Un abrazo

Anónimo dijo...

La vida es así. Unos vamos, otros vienen y ninguno nos quedamos en ningún sitio para siempre.

Dicen que un clavo saca otro clavo. Pero nadie dice que pasa con las cicatrices que van dejando.

Un abrazo.




John W.

Preste Juan dijo...

Leni: No lo sé. Siempre me he preguntado qué fue de los tuvieron un blog y se fueron. Si se los llevó la enfermedad, la muerte, la desgana o una felicidad que no podía ser demorada.
Lo triste es el que se va y se lleva sus trabajos. Eso...Duele. Sin rencor, pero duele.
Espero que algún día vuelva.
Un beso para ella donde esté.
Otro para ti

Preste Juan dijo...

Polidori: Cierto. La vida es así. Para bien y para mal. Y más vale la cicatriz que nos deja Vangelisa, que no haberla encontrado en nuestro camino.
Un abrazo.

Onminayas dijo...

Yo era, como tú, uno de aquellos ciegos seguidores de Vangelisa. Era una chica joven, y creo que fue por los estudios... Aunque pienso que debería haber dejado activos sus tres blogs.

Un abrazo, Preste.

Preste Juan dijo...

onminayas:

¡Sí, fue una pena que no dejara su legado! Esperemos que vuelva alguna vez.
Un abrazo.