Hace mucho tiempo, pintar en las paredes de la calle, era un acto prácticamente delictivo. Luego surgió el dibujo mural urbano, autorizado y fomentado por las instancias apropiadas... y luego llegó el grafiti.
No me refiero al imbécil que coge un bote de pintura y jode un muro con tres trazos. Ni al que hace algo realmente bueno, pero lo lleva a cabo en la pared de un pobre vecino que acaba de encalar su casa. Me refiero a "los otros", que como fantasmas de Aménabar, realizan su acción y desaparecen en la noche.
Recuerdo que en la Avda. de Escaleritas, hace muchos años, un estafador inmobiliario(que creo que luego acabó en la cárcel), dejo un socabón tamaño edificio(naturalmente) que fue circundado por un aséptico muro blanco. Con el tiempo fue apareciendo la obra de un tal "Pumuky"(no sé qué habrá sido de él, han pasado muchos años), que se dedico a hacer, fundamentalmente en el interior del solar, una estupenda serie de grafitis con variaciones sobre su nombre. No obstante, pasado el tiempo, alguien, cuyo nombre no apodo no recuerdo, decidió emprender una obra mayor. Lástima que en aquella época no hubiera tan fácil acceso a todo tipo de cámaras fotográficas como hoy. Y que fuera tan mal aceptado por los vecinos, a los cuales(por cierto)el solar de la estafa ni les iba ni les venía. Simplemente fue el motivo de una peculiar guerra que duro un par de meses. La historia sería así:
Joven/es grafiteros crean en una noche un mural de impresionante belleza y colorido. Han pasado una quincena de años o más y aún lo recuerdo. ¡Aquellos colores, aquellas filigranas, los trazos seguros...! ¡Era para plastificar la el muro o cortarlo y ponerlo en medio del parque que tiene al lado, o en museo! ¡Porque, desgraciadamente, alguno/s decidieron corregir el error con un par de brochazo de pintura blanca y mutilar la obra! Además, para dar un ejemplo de civismo, decidieron escribir amenazas al "artista desconocido".
Al día siguiente, o poco después, la obra "amaneció" corregida y mejorada. Y el proceso se reinició. Más destrucción cívica, insultos más claros y presencia policial. Claro que la policia no iba a estar pendiente de cuando aparecía el tipo o no. Así que los vecinos decidieron crear una especie de cuadrilla de vigilancia. Por un tiempo la batalla pareció ganada. Pero no era el fin. Cierto día, paseando por la zona, vi que el pintor había vuelto para su última y postrera venganza:
En la pared se veía apareciendo por la esquina un supuesto autorretrato del grafitero(aparentemente un muchacho negro, con una gorra colocada de lado y un spray en la mano, si bien es más probable que fuera una imagen idealizada, un "sello" personal) caminando sigilosamente hacia el muro. Luego, se paraba ante la pared y comenzaba su obra. Tras dejar un trabajo formidable, se despedía con una sonrisa y desaparecía por la otra esquina...
¡Fue genial! No volvió. Pero creo que, como yo, muchos de esa zona recordarán aquellos días.
Todo este rollo sirve a modo de presentación de unos dibujos que he ido encontrando el año pasando, durante mi recuperación, mientras caminaba por la ciudad. Son de varias localizaciones, que no citaré. Algunos de los autores contaban con permiso, lo cual les daba tiempo para realizar esquemas, etc., además de gozar de tranquilidad. Otros, con menos tiempo, se han apañado para desplegar su creación en varios muros de la ciudad, con varios kilómetros de separación. Otros lo han hecho en rincones que ni siquiera se ven si no osas bajar por algún camino no muy aconsejable...
No obstante, primero colocaré un ejemplo de lo permitido "y oficial". Pertenece a un mural en la zona portuaria que, siendo atractivo, no tendrá problemas con la ley. Luego están los otros. De estos, con autorización o no, no diré su ubicación. Y por supuesto, sólo expondré aquellos que no atenten contra la privacidad de un domicilio, o edificio particular, o que simplemente sean garabatos que no dicen nada, ni muestran un mínimo de "acuerdo tácito" con la ciudad.
QUIERO DISCULPARME POR LA MALA CALIDAD DE MIS FOTOS
"Los autorizados"
No me refiero al imbécil que coge un bote de pintura y jode un muro con tres trazos. Ni al que hace algo realmente bueno, pero lo lleva a cabo en la pared de un pobre vecino que acaba de encalar su casa. Me refiero a "los otros", que como fantasmas de Aménabar, realizan su acción y desaparecen en la noche.
Recuerdo que en la Avda. de Escaleritas, hace muchos años, un estafador inmobiliario(que creo que luego acabó en la cárcel), dejo un socabón tamaño edificio(naturalmente) que fue circundado por un aséptico muro blanco. Con el tiempo fue apareciendo la obra de un tal "Pumuky"(no sé qué habrá sido de él, han pasado muchos años), que se dedico a hacer, fundamentalmente en el interior del solar, una estupenda serie de grafitis con variaciones sobre su nombre. No obstante, pasado el tiempo, alguien, cuyo nombre no apodo no recuerdo, decidió emprender una obra mayor. Lástima que en aquella época no hubiera tan fácil acceso a todo tipo de cámaras fotográficas como hoy. Y que fuera tan mal aceptado por los vecinos, a los cuales(por cierto)el solar de la estafa ni les iba ni les venía. Simplemente fue el motivo de una peculiar guerra que duro un par de meses. La historia sería así:
Joven/es grafiteros crean en una noche un mural de impresionante belleza y colorido. Han pasado una quincena de años o más y aún lo recuerdo. ¡Aquellos colores, aquellas filigranas, los trazos seguros...! ¡Era para plastificar la el muro o cortarlo y ponerlo en medio del parque que tiene al lado, o en museo! ¡Porque, desgraciadamente, alguno/s decidieron corregir el error con un par de brochazo de pintura blanca y mutilar la obra! Además, para dar un ejemplo de civismo, decidieron escribir amenazas al "artista desconocido".
Al día siguiente, o poco después, la obra "amaneció" corregida y mejorada. Y el proceso se reinició. Más destrucción cívica, insultos más claros y presencia policial. Claro que la policia no iba a estar pendiente de cuando aparecía el tipo o no. Así que los vecinos decidieron crear una especie de cuadrilla de vigilancia. Por un tiempo la batalla pareció ganada. Pero no era el fin. Cierto día, paseando por la zona, vi que el pintor había vuelto para su última y postrera venganza:
En la pared se veía apareciendo por la esquina un supuesto autorretrato del grafitero(aparentemente un muchacho negro, con una gorra colocada de lado y un spray en la mano, si bien es más probable que fuera una imagen idealizada, un "sello" personal) caminando sigilosamente hacia el muro. Luego, se paraba ante la pared y comenzaba su obra. Tras dejar un trabajo formidable, se despedía con una sonrisa y desaparecía por la otra esquina...
¡Fue genial! No volvió. Pero creo que, como yo, muchos de esa zona recordarán aquellos días.
Todo este rollo sirve a modo de presentación de unos dibujos que he ido encontrando el año pasando, durante mi recuperación, mientras caminaba por la ciudad. Son de varias localizaciones, que no citaré. Algunos de los autores contaban con permiso, lo cual les daba tiempo para realizar esquemas, etc., además de gozar de tranquilidad. Otros, con menos tiempo, se han apañado para desplegar su creación en varios muros de la ciudad, con varios kilómetros de separación. Otros lo han hecho en rincones que ni siquiera se ven si no osas bajar por algún camino no muy aconsejable...
No obstante, primero colocaré un ejemplo de lo permitido "y oficial". Pertenece a un mural en la zona portuaria que, siendo atractivo, no tendrá problemas con la ley. Luego están los otros. De estos, con autorización o no, no diré su ubicación. Y por supuesto, sólo expondré aquellos que no atenten contra la privacidad de un domicilio, o edificio particular, o que simplemente sean garabatos que no dicen nada, ni muestran un mínimo de "acuerdo tácito" con la ciudad.
QUIERO DISCULPARME POR LA MALA CALIDAD DE MIS FOTOS
"Los autorizados"
"Los ilegales"
Me arrepiento de no haber tomado notas, ni de poder ofrecer alguna entrevista o comentarios de los autores. Estos, sin duda, podría aportarnos detalles que a mí, casi siempre, se me escapan. Por ejemplo, el uso de las protuberancias de los muros, etc., para conseguir ciertos efectos. Otro día será. Espero.
No quiero despedirme, eso sí, sin mostrar algunas de las imágenes de los trabajos realizados en la playa de "El Burrero", en mi ísla. Después de estás colocaré enlaces a este evento: "Urbanartfestival" y a otras página donde se ocupan de este arte.
6 comentarios:
Impresionante trabajos , admiro la pintura callejera , trabajos auténticos , profundos , con mi padre pintamos un mural en una escuela solo la en noche podiamos trabajar , nos llevo 2 o 3 horas diarias ( durante un mes ) , yo a veces no iba , mi padre siempre fiel no faltaba a su cita con la pintura y la brocha . Es un gran artista ,yo su fiel admiradora .
Gracias Preste san por recrear tanta belleza que alimenta el alma .
Un abrazo le envio desde mi Isla .
Rosna
Me recuerda que en mi ciudad de origen, un poeta rallaba versos en las paredes. Estábamos en plena dictadura, rayar en las paredes era peligroso y quien lo hacía se arriesgaba para escribir una consigna en contra de Pinochet. Este muchacho, en cambio, iluminaba las paredes con versos sencillos que causaban extrañeza o una sonrisa...
De todos los versos que escribió recuerdo uno especialmente:
"Que no se te pudran las alas debajo del caparazón"
Lo escribió en un edificio público en el que habían varias oficinas del estado. El grafitti duró años allí, como si los burócratas hubieran necesitado una dosis de poesía para respirar...
Una pregunta: ¿por qué la advertencia?
rayaba, no rallaba jajaja
Gracias Rosna: Debe ser un gran recuerdo el haber compartido con tu padre esa experiencia. De hecho, al leerte, recordé una interesante película de Kurosawa. Pero ahora el sueño me puede. Otro día, hablamos más a fondo. Un abrazo.
LADO B: Me ha fascinado tu comentario. Es tan personal, que es más un relato que me regalas, que un post. En cuanto a lo de la advertencia, si te refieres a la fotos, es por su baja calidad. Si te refieres a otra cosa, ya me dirás. Un abrazo. Me voy a la cama. El sueño me puede y trabajo mañana.
Un abrazo.
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