Esta es la curiosa historia de un muchacho que padece el síndrome de Savant, al parecer un tipo de autismo. Ya de paso, comentar que parece haberse abierto una puerta para los enfermos de este tipo, tras haberse observado durante años que, cuando los afectados padecen fiebre, se vuelven temporalmente más despiertos y sociables. Esto ha permitido observar, además, que en dicho estado, una zona concreta del cerebro, inactiva en ellos, parece recobrar su función. Ahora se trabaja en la búsqueda de un medicamento que mantenga activa dicha zona, sin tener que padecer fiebre por ello. Esperemos que pronto tengamos buenas noticias.
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